Resúmenes
Este artículo analiza el efecto de la condición étnico/racial para las mujeres negras Trans en el mercado sexual Trans femenino en Cali, Colombia. Se trata de un estudio sobre el trabajo sexual desde una perspectiva interseccional, a través de los aportes del black feminism, articulando raza como color de piel, auto-identidad de sexo/género, clase social y grupo etario, en la producción y consumo de servicios sexuales ofrecidos por mujeres no biológicas, que realizan en determinados casos el trabajo de peluquería. La hipótesis indica, como efecto más importante que el "exotismo de los cuerpos negros", en el juego de los capitales eróticos, valoriza sobremanera las "mujeres masculinas" o "activas" dotadas con "pene potente". Ello, debido a la confluencia entre clientes cuya fantasia sexual se recrea en una mujer fálica, y hombres biológicos, jóvenes de clases populares, en su mayoría negros, que reconstruyen sus identidades de sexo/género y encuentran en el mercado sexual un espacio laboral.
mujeres Trans; sexualización; racialización; mercado de trabajo sexual; generización
This article analyzes the effect of black trans women's ethnic/racial condition in the female trans sex market in the city of Cali, Colombia. The study looked at sex work from an intersectional perspective, with the contributions of Black Feminism, articulating race as skin color, sex/gender self-identity, social class and age group in the production and consumption of sex services offered by not-biologically-born women who sometimes work as hairdressers. We argue that the "exoticism of black bodies" as erotic capital gives a high value to the "wellendowed male" or "active" black woman with a "potent penis", in the confluence of clients whose sexual fantasy valorizes a phallic woman, and lower class male-born black youths who reconstruct their sex/gender identities and find a labor niche in the sex market.
Transgender women; sexualization; racialization; sex work market; gender
Este artigo analisa o efeito da condição étnico/racial para as mulheres negras trans no mercado sexual trans feminino em Cali, Colômbia. Trata-se de um estudo sobre o trabalho sexual a partir de uma perspectiva interseccional, através das contribuições do black feminism, articulando raça como cor de pele, autoidentidade de sexo/gênero, classe social e grupo etário na produção e no consumo de serviços sexuais oferecidos por mulheres não biológicas, que realizam, em determinados casos, o trabalho de cabeleireiras. A hipótese indica que o "exotismo dos corpos negros", no jogo dos capitais eróticos, valoriza sobremaneira as "mulheres masculinas" ou "ativas" dotadas de "pênis potente". Isto devido à convergência entre clientes cuja fantasia sexual se recria em uma mulher fálica e em homens biológicos, jovens de classes populares, em sua maioria negros, que reconstroem suas identidades de sexo/ gênero e encontram no mercado sexual um espaço de trabalho.
mulheres trans; sexualização; racialização; mercado de trabalho sexual; generização
ARTIGOS
Pigmentocracia dei deseo en el mercado sexual Trans de Cali, Colombia
Pigmentocracy of desire in the trans sexual market in Cali, Colombia
Pigmentocracia do desejo no mercado sexual Trans de Cali, Colômbia
Fernando Urrea GiraldoI; Ange La FurciaII
IMaestria en Ciencia Política, Universidad de los Andes (Bogotá) Profesor Titular Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle Cali, Colombia. furreagiraldo@yahoo.com
IICandidata a grado - Pregrado de Sociologia Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle Cali, Colombia. ange.lafurcia@correonivalle.edu.co
RESUMEN
Este artículo analiza el efecto de la condición étnico/racial para las mujeres negras Trans en el mercado sexual Trans femenino en Cali, Colombia. Se trata de un estudio sobre el trabajo sexual desde una perspectiva interseccional, a través de los aportes del black feminism, articulando raza como color de piel, auto-identidad de sexo/género, clase social y grupo etario, en la producción y consumo de servicios sexuales ofrecidos por mujeres no biológicas, que realizan en determinados casos el trabajo de peluquería. La hipótesis indica, como efecto más importante que el "exotismo de los cuerpos negros", en el juego de los capitales eróticos, valoriza sobremanera las "mujeres masculinas" o "activas" dotadas con "pene potente". Ello, debido a la confluencia entre clientes cuya fantasia sexual se recrea en una mujer fálica, y hombres biológicos, jóvenes de clases populares, en su mayoría negros, que reconstruyen sus identidades de sexo/género y encuentran en el mercado sexual un espacio laboral.
Palabras clave: mujeres Trans; sexualización; racialización; mercado de trabajo sexual; generización
ABSTRACT
This article analyzes the effect of black trans women's ethnic/racial condition in the female trans sex market in the city of Cali, Colombia. The study looked at sex work from an intersectional perspective, with the contributions of Black Feminism, articulating race as skin color, sex/gender self-identity, social class and age group in the production and consumption of sex services offered by not-biologically-born women who sometimes work as hairdressers. We argue that the "exoticism of black bodies" as erotic capital gives a high value to the "wellendowed male" or "active" black woman with a "potent penis", in the confluence of clients whose sexual fantasy valorizes a phallic woman, and lower class male-born black youths who reconstruct their sex/gender identities and find a labor niche in the sex market.
Keywords: Transgender women; sexualization; racialization; sex work market; gender
RESUMO
Este artigo analisa o efeito da condição étnico/racial para as mulheres negras trans no mercado sexual trans feminino em Cali, Colômbia. Trata-se de um estudo sobre o trabalho sexual a partir de uma perspectiva interseccional, através das contribuições do black feminism, articulando raça como cor de pele, autoidentidade de sexo/gênero, classe social e grupo etário na produção e no consumo de serviços sexuais oferecidos por mulheres não biológicas, que realizam, em determinados casos, o trabalho de cabeleireiras. A hipótese indica que o "exotismo dos corpos negros", no jogo dos capitais eróticos, valoriza sobremaneira as "mulheres masculinas" ou "ativas" dotadas de "pênis potente". Isto devido à convergência entre clientes cuja fantasia sexual se recria em uma mulher fálica e em homens biológicos, jovens de classes populares, em sua maioria negros, que reconstroem suas identidades de sexo/ gênero e encontram no mercado sexual um espaço de trabalho.
Palavras-chave: mulheres trans; sexualização; racialização; mercado de trabalho sexual; generização
Introducción: feminidades Trans en sectores populares y mercado sexual Trans en Cali-Colombia
Este artículo tiene soporte en dos experiencias investigativas.1 En el presente texto, algunos de los principales resultados de la investigación Colciencias-Cidse/ Universidad del Valle, "Sexualidades y feminidades contemporâneas de mujeres negras e indígenas: un análisis de cohorte generacional y étnico-racial" (2008) dirigida por Fernando Urrea- en el capítulo dedicado a "transgeneristas" negras, dialogan con los del estudio posterior sobre peluquerías Trans titulado "Los servicios estéticos de cuidado del cabello en la ciudad de Cali" (2013), -dirigido por Jeanny Posso Quiceno-, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle, en el que Ange La Furcia, coautora de este artículo, participó como monitora de investigación.2
El análisis se apoya en un ejercicio metodológico con trayectorias sexuales y laborales de siete Trans femeninas de clases populares3, realizado a partir de esbozos biográficos y conversaciones con ellas. Se analizan las entrevistas realizadas a cuatro mujeres Trans negras de clases populares de Cali y Jamundí. Algunas de ellas se autodefinen, no como mujeres -porque aseguran que una "mujer nace mujer y no la que nace hombre biológico"- sino como travestis en un trânsito de género hacia una expresión femenina. Además, se trabaja con tres entrevistas a mujeres Trans que ejercen la peluquería, algunas alternándola con el trabajo sexual.4
Las feminidades Trans,5 como identidades que se construyen a partir de la presencia de roles socio-sexuales que operan en diversas sociedades, problematizan la clasificación de la pareja sexo/género y los limites de la dicotomia normal/ patológico de los cuerpos del modelo biologista. Las identidades Trans desestabilizan la manera arbitraria en que tales roles son asignados a unos cuerpos, basándose unicamente en la presunción de un sexo anatómico. El cuerpo mismo se modifica subvirtiendo su aparente sustancialidad, desde las transformaciones de la materia que ellas realizan como forma radical de agenciamiento (Butler, 2002; Preciado, 2002). Sin embargo, para Woodhouse (1989), algunas travestis concebirían el género y sus representaciones sobre masculinidad/feminidad como algo rígidamente demarcado y excluyente, reflejando de este modo roles de género tradicionales. Las feminidades Trans no generarían necesariamente una implosión de variaciones al interior de la identidad del género; por el contrario, reforzarían estereotipos de feminidad que perpetúan la cosificación de la mujer como objeto de placer y su opresión como sujeta de derechos. Para esta autora, se trata de un determinismo que impone el modelo binario de género heteronormativo.
Aunque la construcción de feminidades Trans en sociedades contemporáneas conlleva un espacio de transgresión, paradójicamente no puede desembarazarse de un sistema patriarcal de dominación, por el cual las feminidades están subordinadas a las masculinidades. Esta característica de conservadurismo de género entre las travestis probablemente se asocie a los esquemas de percepción y aprehensión del mundo social que incorporan en sus dinâmicas de clase en sectores populares locales, como se advertiria desde Vartabedian (2012:222-224) y Reyes & Urrea (2011).6
En diferentes sociedades contemporâneas y en las últimas décadas, está en expansion un mercado de trabajo sexual, particularmente de Trans femeninas. Cada vez más ellas dominan espacios urbanos, desplazando en el mercado sexual a mujeres "biológicas"7 de áreas que éstas últimas tenían bajo su control . A diferencia de la tradicional producción industrial donde prima la relación máquina-trabajador y trabajador-jefe, las dinámicas históricamente consolidadas del mercado sexual se relacionan con la producción inmaterial o simbólica, donde la interacción con un tercer actor, el consumidor o cliente, seria -como sugiere Daniel Bell (1976)- cada vez más característica de las sociedades contemporâneas. Las interrelaciones comerciales entre individuos a través de intercambios de forma directa -consumidor/ trabajador- en diferentes mercados de trabajo contemporáneo implican escenarios de contacto corporal que buscan generar efectos psíquicos -placenteros, de confort, emocionales- en el cliente. Al indagar sobre los efectos subjetivos y el intercambio emocional/erótico en el mercado de trabajo, estas cuestiones problematizan -desde los aportes de la economia feminista y de la sociologia del trabajo contemporânea- la categoria trabajo (De la Garza, 2001; Del Rio, 2003; Del Rio y Pérez, 2002; Carrasco, 1999; Carrasco et al. 2003).
Se trata de un mercado sexual con clientes masculinos "biológicos" de diferentes clases sociales y grupos etarios, aunque predominan los de sectores populares y clases medias bajas,8 cuyas fantasias sexuales se construyen con mujeres no "biológicas" que conservan los genitales masculinos y los emplean durante la relación sexual. La anatomia de la 'mujer con pene' juega un efecto determinante en esta demanda porque buena parte de la clientela está constituida por hombres deseosos de ser penetrados por ellas.9
En este escenario de trabajo sexual aparece un modelo de sexualidad "activo/ pasivo" en el que las travestis más exitosas desarrollan la capacidad de cumplir ambos roles, pero con mayor frecuencia el papel "activo". Como senala Vieira Garcia (2008), acerca de la combinación entre lo femenino y lo masculino en el arte de la seducción de las mujeres Trans:
En este sentido, se constituian no tanto como figuras andróginas sin referencia clara a características masculinas o femeninas, sino como personas que incorporaban simultáneamente elementos considerados en nuestra sociedad como tipicamente masculinos y femeninos. Un ejemplo de esto es la presencia de senos y nalgas voluminosas mezcladas con la ostentación de la erección de la "neca" (pene) en las exhibiciones nocturnas en las calles y avenidas (2008:15).
Lo que complejiza estas dinâmicas de trabajo en los mercados de trabajo sexual de mujeres no "biológicas" de Cali es que producen la fantasia de la "mujer con pene pintada de colores", a pesar de que las Trans femeninas de pieles más oscuras sean estigmatizadas de modo más directo que las de pieles más claras, resultado de dinâmicas de racialización y sexualización entrecruzada.10Por otro lado, lo anterior es concomitante con camadas de clases populares masculinas más jóvenes, con alta deserción escolar y por ello con cada vez menos opciones de una inserción laboral estándar, que viven profundos cambios en sus identidades de género y sexualidad. La opción del mercado sexual Trans se ha convertido en una alternativa laboral que se combina con otras de distinto tipo: desde peluquerías o salones de belleza, con estética femenina hasta labores, como jornaleros o peones de cosechas,11 y, en algunas ocasiones, con actividades de "rebusque" ilícito.
En Cali, una ciudad con una significativa población negra (alrededor del 35%), la mayor parte en las clases populares (Urrea & Congolino, 2007), la presencia de mujeres negras Trans ha venido en aumento, al punto de predominar en varios espacios del mercado sexual local. Este texto sugiere que la construcción de feminidades Trans se ha caracterizado por el anclaje transversal de identidades de género y laborales en el mercado de trabajo local, especialmente en los espacios de trabajo sexual y en la peluquería (Posso, 2013). En términos analíticos, asumimos que la sexualidad y el género, en sus diversas variantes y transformaciones, son componentes transversales de diferentes procesos de trabajo, cuyos efectos materiales atraviesan y producen determinadas lógicas de funcionamiento de los mercados laborales. Por otra parte, las subjetividades en la contemporaneidad están atravesadas por dinâmicas de la globalización que permean al mundo del trabajo (Bauman, 1999; Lipovestky, 1992). Asimismo, dinâmicas de construcción radical del género en las clases populares a través del mercado de trabajo del intercambio erótico/sexual, se entrecruzan con dinâmicas de racialización, en un contexto de "cuerpos con colores de piel oscuros". No obstante, diferentes feminidades Trans se construyen en distintas clases sociales,12 como modos diferentes de vivir sexualidades y géneros, trastocando la reduccionista solución de continuidad de la matriz heterosexual binaria que regla sexo/género/deseo (Butler, 2007 [1990]).
De acuerdo con los testimonios ofrecidos por las mujeres Trans con las que se mantuvo diálogo, respecto del mercado sexual de Cali se hace indispensable registrar el efecto de la condición étnica-racial.13 El color de piel y la clase son marcadores sociales que transversalizan este mercado sexual y establecen reglas de subalternidad. El racismo y su complemento, la racialización, se cuelan en los deseos sexuales en los intercambios eróticos con las Trans negras. El comercio sexual de las Trans femeninas es un fenómeno social que altera el orden de género al tiempo que lo refuerza, y que sofistica el mercado erótico con sexo-servidoras de orígenes populares, produciendo nuevos interrogantes en el campo de estudios del trabajo. Para entender este fenómeno es necesario problematizar las miradas convencionales -hasta hace poco predominantes- de la sociologia del trabajo, que han evitado abordar la esfera de la sexualidad.
La dicotomia "puta o peluquera" en el mercado de trabajo de mujeres Trans
Entre los hallazgos más importantes de Posso (2013) se encuentra que, en las trayectorias laborales de mujeres Trans, es transversal la construcción de sus identidades de género con los espacios asignados para el ejercicio del trabajo: sexual y de peluquería.14 Muchas hicieron cursos de peluquería en el período de sus estudios de bachillerato y/o salieron a la calle desde muy pequenas, como estrategias de iniciación no sólo en la vida laboral sino también para construir una expresión de género femenina. Los condicionantes de habitus de clase se intersectan con patrones de género reglados por una matriz de heterosexualidad que las ubica en rejillas de inteligibilidad, en escenarios de disputas por ser mujeres. Los stages del género, es decir, los escenarios de la puesta en escena o la perfomance, son los espacios de trabajo donde "se es una puta o una peluquera". En ese sentido, sólo se hace posible ser una mujer Trans bajo la obligación laboral implícita de dedicarse a un oficio altamente feminizado para encontrar un margen de inteligibilidad.
En conversaciones con integrantes Trans de Santamaria Fundación,15 encontramos elementos que senalarían que "ser una Trans, es ser también una puta y/o una peluquera":
Melania (pregunta): Sí, por ejemplo nos interesaría conocer por qué eligen el oficio de la peluquería y no otro.
Miyer (pregunta): Si realmente es una elección o no.
Sandra: Mirá, eso es una pregunta clara, si tú me la haces como me la estás diciendo, yo te voy a decir que nosotras no lo elegimos, nos lo impusieron.
Melania (pregunta): ¿Y quién se los impone?
Sandra y Brenda: La sociedad.
Melania (pregunta): Entonces cuéntenos un poco sobre eso.
Sandra: Yo soy una mujer Trans pero a mí no me gusta la peluquería, ni me gustó nunca, trabajé pero no me gustó, trabajé sexualmente, en la calle, pero no me gustó la peluquería, y la gente tiene encasillado eso, porque eres Trans, porque eres gay tienes que ser peluquera porque ese es su trabajo, eso es para lo que ustedes están hechas, para peluquear o para putear, pero nosotras no, a mí no me gusta. (...) Siempre va a mantener eso de que como somos la parte visible del sector LGTB, entonces 'no, es que estas son las boletas'. Hay algunas que les gusta, pero a mí particularmente, no me gusta la peluquería y no me parece regio, y admiro mucho a las chicas que les gusta su negocio, su peluquería, porque sé que hay chicas que nacen como con el don, no tienen ni necesidad de estudiar como para ser una buena estilista, con eso te digo todo.
Brenda: Yo también queria expresarme como Sandra. En mi caso yo también trabajé la peluqueria pero jamás me gustó, igualmente el trabajo sexual lo ejerci pero como acabó de decir Sandra, no teniamos otra elección, hubiéramos tenido algunas capacidades para hacer otras cosas pero por nuestra identidad de género, nuestra expresión, no se nos permitia, entonces unicamente teniamos esa. Muchas lo hacemos prácticamente por obligación o necesidad, no hay de otra para sostenernos.
Existen matices interesantes ante la dicotomia generizada de "ser una puta o ser una peluquera"; encontramos aquellas que se negaron al ejercicio de la peluqueria, aquellas que realizan ambos trabajos dando prioridad al estatus de la peluqueria frente al trabajo sexual en calle, y aquellas que no se dedicaron al trabajo sexual porque hubo medidas de control familiar para imposibilitarlo. Como relata Sandra, una mujer Trans que ejerció el trabajo sexual y la peluqueria y que, posteriormente, se vinculó a Santamaria Fundación a través de un proceso de politización radical Trans por los derechos humanos:
Sandra: Yo si estudié, estudié en Carrusel16, pero lo que les estaba diciendo ahora, yo estudié porque mi familia pensó que eso era lo que yo tenia que ser, entonces volverse travesti sólo tienes dos opciones, o sea, para dónde vas a pegar, pues a estudiar peluqueria, pero a mi no me gustaba eso, iba y me gradué y todo y trabajé peluqueria.
Melania (pregunta): ¿Y tu familia lo pagaba?
Sandra: Una prima lo pagó pero no me gustó nunca eso y no tenia la paciencia, no tenia la paciencia para atender la gente, soy malgeniada, entonces no me gustaba estar, pero yo admiro a las chicas porque yo misma les digo a mis amigas, ¿es que uno estar todo el dia en la peluqueria esperando un corte?, jay no, qué pereza!, y si eres la empleada te ganas la mitad, el 50% y si no llega nadie, y si viene la duena, quieren que primero la duena la atienda, entonces tiene que tener uno también el carisma para llegarle a la gente, pero jay no!. Y siempre fui trabajadora sexual, pero alternaba, o sea, cuando me aburria de estar por allá parada en la calle, yo decia "ay voy a trabajar peluqueria" y trabajaba un ano, seis meses y ya, qué pereza porque no es, cómo te explico yo, lo económico muchas veces no te alcanza, una mujer Trans que vive sola, pagar comida, pagar pieza, entonces no te alcanza para rumbiar17, para tomarte los traguitos18 de vez en cuando que no te alcance el dinero, entonces jay qué pereza!, lo que me hago en la peluquería en una semana, lo hago en una noche.
Asimismo Brenda, una Trans que se asume afrodescendiente, que ha pasado por una trayectoria de politización similar a la de Sandra en Santamaria Fundación y que ejerció como trabajadora sexual y peluquera (en una posición subalterna como "shampusera"19) relata su negación al trabajo en salones de belleza. Esto debido a lo que sugiere como su falta de competencia para producir un efecto embellecedor, caracteristica fundamental del imaginario construido por la clientela de que "las Trans y los gays tienen mejor mano":
Miyer (pregunta): Yo quisiera saber, ambas mencionaron que no les gusta la peluquería ¿por qué dicen, no me gusta, no quiero ser estilista, no quiero trabajar en eso sino que prefiero trabajar en el trabajo sexual o qué se yo?
Brenda: Por lo menos en mi caso yo no tuve como, ¿cómo te digo?, como dijo Sandra, que hay unas chicas que sin necesidad de estudiar nacen como con esas capacidades, como con ese don, o sea, yo no tenia como esa parte, o sea, no me nacia, como aprender o como meterme de lleno con la peluquería, yo no sentia como ese talento para eso, entonces básicamente eso (...) La mayoria tienen ese talento y por ejemplo, mi hija Adriana20 ella es una que jamás estudió y ella maquilla, cepilla y corta divino, porque ella tiene esa capacidad para hacerlo.
Mónica, transformista, de sectores populares, y mulata, ejerció el trabajo sexual y actualmente se dedica a la peluqueria. Narra su experiencia personal en el mundo laboral en la dicotomia 'puta/peluquera', concediéndole mejores condiciones al trabajo en salones de belleza. Ella se niega a realizar nuevamente el trabajo sexual por las dificultades que tuvo con los clientes a la hora del pago, las largas jornadas de trabajo en calle a la expectativa de que la recogiera un cliente, en un contexto de alta vulnerabilidad.
Miyer (pregunta): ¿Y cómo llegaste? O sea, empezaste trabajando como estilista...
Mónica: Shampucero (...) auxiliar, digámoslo así. Ya después conocí a otros amigos y me dediqué ya a la vida alegre, digámoslo así, pero seguía en el día en la peluquería y en la noche salía a la vida alegre, nunca dejé la peluquería.
Miyer (pregunta): Pensando un poco, manana y tarde trabajando como peluquero y en la noche ejerciendo la vida alegre como tú dices ¿Cómo lograbas combinar esas dos esferas?
Mónica: ¿Cómo así?
Miyer (pregunta): Pues digamos en términos de tiempo. Si estabas muy cansado.
Mónica: a las 10 me iba para la casa o sea al trabajo de la calle. Llegaba tipo 3, 4 de la manana, yo entraba a las 10 de la manana a la peluquería, alcanzaba a dormir mis horas y en los ratos libres en la peluquería que no había nada, me podía acostar en una sala que hay allá para dormir una siesta y ya no más, no me agotaba ni nada. Y había tiempo para las onces (...).
Miyer (pregunta): Cuando tú trabajabas ejerciendo la prostitución, ¿ternas algún tipo de jefe o era independiente?
Mónica: En la calle no tenés un jefe, porque la calle es libre y usted ya verá cómo cobra.
Miyer (pregunta): digamos, <mo había un grupo de chicas que se protegieran unas a las otras o companeras? ¿O eras tú solito?
Mónica: Cada cual tiene que defenderse en la calle, allá no tenés ni guardaespaldas ni nada, cada cual se tiene que defender en la calle sea de los 'maricas', de los ladrones, o sea del mismo cliente, uno mismo se tiene que defender, tú no tienes el respaldo de nadie en la calle.
Miyer (pregunta): Pensando un poco en la relación con los clientes en cuanto a la peluquería y al otro trabajo ¿cómo era la relación con los clientes?
Mónica: pero los clientes de otras partes.
Miyer (pregunta): Sí, de las peluquerías y del otro oficio.
Mónica: Más agradables son los clientes de la peluquería que los de la calle. Son más llevables los clientes de la peluquería que los de la calle.
Miyer (pregunta): ¿Por qué?
Mónica: Porque los de la calle son más complicados, ya que no te quieren pagar, salen con mucho problema, en cambio el cliente, le cortas el pelo y todo y te pagan tus seis mil pesos y punto y ya....
Miyer (pregunta): Y en términos, de bueno, las dos peluquerías y el trabajo de la prostitución, comparando esos dos oficios o esos dos lugares en los que has trabajado, ¿cuál crees que ha sido la mejor experiencia laboral?
Mónica: La mejor en las peluquerías, jclaro! El ambiente cambia mucho, es más agradable que estar en la calle parado toda una noche esperando un cliente.
En el caso de Mireya, una mujer Trans mulata de sectores populares que realiza el trabajo de peluquería como co-propietaria de un establecimiento, encontramos una negación al trabajo sexual en modalidad de calle debido a las condiciones de vulnerabilidad en las que se sentia, distintas a la seguridad que ofrece el espacio de los salones de belleza, donde si alterna ambos trabajos. Mireya además menciona una de las particularidades del mercado de trabajo sexual Trans. Alli los clientes buscarian la realización de una fantasia sexual a través de la penetración de una figura femenina.
Mireya: En mi vida yo empecé a trabajar a los 16 anos. A los 15 hice el curso. A los 16 anos terminé el curso y empecé a trabajar en la peluqueria. En ese tiempo yo conoci otra chica, que era companera de trabajo mio. Trabajamos tres. Una de mis companeras fue la que me dijo que por qué yo no salia a trabajar a la calle, que me iba a ir bien, pues en ese tiempo yo estaba súper joven. Entonces yo empecé a trabajar como trabajadora sexual. Trabajé 4 anos. Vi que no era lo mio pues porque en ese trabajo buscan mucho que las chicas sean activas y yo nunca fui activa. No me llamó la atención ese trabajo y segui en la peluqueria. pero pues los únicos trabajos que he tenido en mi vida han sido: trabajadora sexual y estilista.
Ange: ¿Lo del trabajo sexual era a los 16 me dijiste también?
Mireya: Si, de 16 a los 20 anos. En este momento lo hago, pero pues aqui, en mi negocio. Aqui en la peluqueria más no lo practico en la calle. Ni tampoco asi que me llamen, no. Solamente aqui en el trabajo. Salgo con clientes mios de aqui de la peluqueria, pero con clientes que conozca asi en la calle, no, no salgo. Me da pánico.
Ange: ¿Para vos cuál ha sido como tu mejor trabajo, tu peor trabajo?
Mireya: No pues para mi el mejor trabajo este de estilista, me siento completamente feliz, yo me siento feliz con lo que hago aunque al principio estudié como una forma de cómo defenderme de la vida, pero poco a poco le fui cogiendo amor y yo me siento feliz, trabajando en la peluquería me siento feliz. Y el peor trabajo fue cuando trabajé en la calle. jAh eso no se lo deseo a nadie! Eso no me gustó, para mí no era. jUy no, me pareció terrible eso!
Aunque no son muchos ni muy comunes los casos de mujeres Trans de sectores populares que no se hayan dedicado al trabajo sexual en alguna ocasión, Melanie, una mujer Trans triguena, de cuarenta anos, que trabaja subcontratada en una peluquería, comenta que debido al soporte familiar que tuvo en su infancia y adolescencia se dedicó desde joven a la peluquería y no se vio en la obligación de salir a la calle.
Miyer (pregunta): ¿Has tenido otra formación fuera de la peluquería?
Melanie: No, yo siempre he sido estilista, terminé mi bachillerato, como a los dos o tres anos, me dediqué a la peluquería...
Miyer (pregunta): ¿A qué edad empezaste a trabajar?
Melanie: A los veinte anos.
Miyer (pregunta): ¿Empezaste como peluquero también?
Melanie: Yo salí como de 18 anos de bachillerato, y como a los tres anos empecé a trabajar peluquería y desde esa edad estoy trabajando peluquería. O sea, como veintiún anos, porque si tengo 41.
Miyer (pregunta): O sea que tu primer oficio, siempre te has desempenado dentro de la peluquería. Nunca has trabajado en otra cosa.
Melanie: No, porque en mi casa, yo vivo con mi papá y mi mamá, entonces pues, ellos siempre han querido lo mejor para mí, ¿mo?
Podría decirse que el ejercicio de la peluquería significaría acceder a un trabajo de mayor prestigio en la escala de valoraciones frente a la connotación -negativa en determinados casos- del trabajo sexual. De ese modo, el factor de clase se cuela de forma ineludible con la subversión del género y se manifiesta en dinâmicas laborales.
Brenda: Yo creo que hablando un poquito de la peluquería y conectândolo un poco con lo del trabajo sexual, en algunas, no en todas, ¿no?, hay chicas que son estilistas y lo alternan. Entonces, algunas no necesariamente tienen que salir a la calle como tal sino que como nosotras decimos hacen la ficha21 en la misma peluquería. Entonces es corte y también trabajo sexual al mismo tiempo. Hay unas que se dedican solamente a la peluquería (...). Entonces a muchas chicas peluqueras les pasa igual, pero les puede caer el turno a la peluquería y así no van a desaprovechar la oportunidad de una platica [dinero] extra. (...)
Débora: Es decir, es más difícil encontrar una nena que se nombre como trabajadora sexual y que alterne de vez en cuando la peluquería, es más habitual encontrar a nenas que se nombren en primera profesión la peluquería, pero en la medida en que es menor la cantidad de las que se paran en la esquina con las otras putas, sino que hacen el trabajo sexual, la ficha, dentro de la peluquería, al cliente, al "pollo", "vea mami y qué otro servicio presta", "no papi, yo vengo a trabajar". Pero allí mismo dentro de la peluquería.
Regulación dei trabajo sexual y agenciamiento Trans en el mercado de trabajo
Si bien se ha sostenido el entrecruzamiento entre clase social e identidad de género en los espacios de trabajo donde participan las feminidades Trans, es importante observar las formas de agencia y regulación en estos escenarios que permiten movimientos estratégicos y de control de las trabajadoras sexuales. El trabajo sexual suele realizarse de noche en zonas específicas y conocidas en la ciudad en las que no sólo se encuentran las Trans, sino que aparecen otros actores: consumidores y vendedores de sustancias psicoactivas, traficantes de armas y licor, taxistas, policías y grupos de pandilla, entre otros. A primera vista puede verse como un escenario de libre movimiento mercantil, por la debilidad del control institucional; no obstante, operan mecanismos implícitos de regulación que posibilitan las transacciones económicas y las negociaciones erótico/sexuales.
Entre las exigencias para desenvolverse con éxito en el mercado sexual Trans, no sólo se cuenta la de una puesta en escena que implique una inversión corporal para radicalizar una hiperfeminidad como oferta erótica sino la de producir una perfomance de defensa contra cualquier potencial agresor. Esto es, contra grupos de pandillas, traficantes o policías que quieran realizar actos sexuales sin su consentimiento, desplazarlas de sus sitios de trabajo por discriminación, o contra clientes que evaden sus pagos. En este sentido, la fuerza física, asociada socioculturalmente a la masculinidad, sería mantenida como forma de posicionamiento necesaria en este mercado de trabajo, debido a los "riesgos de la vida nocturna" .
Sandra:
La gente dice 'es que ellas son agresivas', no, no, nosotras no somos agresivas, la misma sociedad nos hizo agresivas, porque si tú me agredes, yo te agredo, verbal o físicamente, yo era de las que pasaba y a mí me gritaban tres cosas y yo les gritaba ocho, ¿me entendés?, porque esa era mi defensa, yo le decía una vez a alguien que me hacía una entrevista y me decía que por qué nosotras éramos tan agresivas, y le decía, "no, nosotras no somos agresivas, pero si a usted le van a pegar, usted pega, porque es que ningún heterosexual, ni ninguna mujer se va a dejar pegar", entonces esa fue la vida que nos tocó, agarrarnos. Y la madre
siempre decía una cosa que yo después lo analicé, a nosotras nos tocó estar en la parte donde están los ladrones, los drogadictos, y nos tocó vivir con ellos y aprender a defendemos de ellos y otras personas, ;me entiendes? Porque allá fue donde nos mandaron, allá a esos lugares oscuros, y yo por lo menos por mi casa yo le decía a la gente "vea, es que ustedes de día nos critican, pero de noche nos usan", porque de día 'las boletas' y se te ven 'las guevas' [testículos] y se te ve esto, pero de noche, la más linda, "ay usted es la más hermosa del barrio", por usarnos, ¿me entendés?"
Muchas Trans radicalizan sus formas de defensa personal, no sólo evidenciando que ellas mismas también eligen a su clientela, sino que el uso de la fuerza y la agresividad se vuelven estrategias de afirmación. Las más exitosas en estos escenarios son mujeres Trans muy respetadas, generalmente respaldadas por grupos de pandillas, particularmente racializadas, y convertidas finalmente en "madres de plaza". En este tipo de perfomance, el elemento racial se introduce cuando se construye la imagen de una mayoría de Trans de colores de piel más oscuros y de larga trayectoria, como "travestis más duras", asociándolas con rasgos de mayor agresividad.
La gata:
(...) yo he tenido manes ['hombres'] que en su momento han sido patanes, no rudos sino patanes, y por eso ha habido problemas y por eso muchos se han estrellado, porque ellos no han contado de pronto, no han pensado o no se han acordado quién soy yo, de dónde vengo, como me crié, que mi crianza fue al lado de ellos, que fui una delincuente más, porque en el momento en que yo tenía que valerme del mundo de la delincuencia, era todo un macho, cuando hablo de todo un macho, no hablo en mi mente ni en mis sentimientos, pero sí en mis acciones y en mi apariencia tenía que ser de un hombre, no podía usar unas extensiones, y cuando utilizaba peluca, vestido, entonces decían, van a hacer algo contra alguien, porque hay cosas que como hombre no podía hacer, entonces había que disfrazarse y llegar hasta donde había que llegar, pero no lo hacía como lo hago ahora, que es que quiero, quiero estar así, entonces yo no podía darme este pinche [lujo, gusto] porque tenía que pararme duro y mi estilo de vida no me lo daba, entonces yo era todo un hombre en mi apariencia, pero mi mente y mis sentimientos eran de una nina, y soy una nina, una mujer.
Por otro lado, el desenvolvimiento de las mujeres Trans trabajadoras sexuales en estos escenarios tiene que ver con la incorporación de reglas de juego para controlar los espacios de trabajo o las "plazas" que asumen como propias. Crean así mecanismos de control de sus pares/companeras como modo de afirmar los anos de trabajo de las mayores a través del "cobro de impuestos", recaudados por estas mujeres Trans "madres" que han criado a sus "pollitas"23 como pupilas en el ejercicio del trabajo sexual. Este "cobro de impuestos" -característico de este mercado de trabajo- significa la gratificación monetaria por la apertura de zonas de trabajo, por la garantía de la defensa de la "madre a la polla" y como forma de regulación creada no sólo para la obtención de dinero adicional, sino como mecanismo sociocultural de reclutamiento y mantenimiento del mercado de trabajo sexual de feminidades Trans.
Débora:
Allí hay un tema que yo daba una discusión con una persona cuando hablaba del trabajo sexual sobre todo en modalidad de calle cuando comentaba que era muy frecuente, encontrar en mujeres Trans, que se cobre el impuesto, es pedirle dinero a la otra, ¿cierto?, pero yo digo, yo no las voy a justificar pero yo sí las entiendo, ¿por qué?, si yo tengo 32 anos de edad y me paré desde los 18, llevo 14 anos en esta esquina y yo fui la primera, fuimos las primeras que abrimos esta esquina, abrimos el negocio, ¿cierto?, abrimos plaza... Pero además es nuestro ejercicio de jubilación. Porque yo vieja, que no he tenido ningún sistema de filiación, y no sé qué más, y no me contratan, "usted está joven, yo abrí la plaza, usted está 'pollita', yo la he guerriado [luchado, combatido], me tocó más duro con la policía", es mi jubilación. Y mi jubilación, ¿quién me la va a dar?, de dónde paga el gobierno la jubilación, de la fuerza activa, la fuerza activa son las 'pollas' que todavía están puteando que están siendo contratadas, a las feas, viejas, gordas, no.
La construcción de feminidades Trans en este mercado sexual implica la creación de estrategias, que no se reducen a simples dinámicas de elección y decisión racional, como agentes que se mueven por intereses de maximización de ganancias, en un sentido neoliberal de homo economicus, sino que las subjetividades en este mercado laboral son posibles en el marco de una economia política del sexo (Rubin, 1975 [1996]). Es decir, haciendo uso de maniobras individuales, mezcladas con la apropiación de roles de género (tanto la hiperfeminidad para el deseo, como la masculinidad para la defensa). Performances carismáticas frente a los clientes, tanto en hexis corporales como expresiones orales,24 producción del efecto de placer a través de la penetración, y formas de control y regulación del trabajo a través de normas incorporadas en la crianza y el reclutamiento de "madres a hijas".
Aunque suele asumirse que, para las trabajadoras sexuales Trans su oficio es vergonzoso, en uno de los testimonios encontramos elementos que denotan que el trabajo sexual es visto de manera positiva, en dinâmicas cotidianas de apropiación del espacio público.25
Sandra:
Que uno va en pantalones y "que se te ven las 'guevas' [testículos], entonces uno de lógica dice, si voy en minifalda que digan esa estupidez, pero si yo voy en jean. Alguien me decía una vez, una amiga, una Trans, yo cuando trabajaba en la calle, yo nunca me iba en vestidos, los vestiditos desde mi casa, no, yo me iba en mis jean y así y ya cuando llegaba a mi zona de trabajo me ponía mi vestido, entonces ella un día me preguntó "Sandra, ivos por qué no te venís arreglada desde tú casa?", no porque es que una se sube al bus, así, la gente empieza a mirarte, entonces ella me dijo estas palabras, "súbete como te subas la gente te va a mirar, así te subas en jean, te subas disfrazada de monja, la gente te va a mirar por ser Trans". Desde ahí empecé a irme en mi 'culifalda' [falda corta] y me subía al bus, y cuando la gente me miraba yo les decía "sí, voy a putear", "sí senora voy a putear", por qué, para que la gente, la gente así no se lo imagine, sabe.
Encontramos otros espacios de trabajo sexual que tienen bastante incidencia a nivel local. Se trata, por un lado, de sitios coreográficos o casas de citas donde se alojan un conjunto de mujeres Trans de distintas edades. Alli, bajo la dirección de una 'madre' y el correspondiente pago de impuesto, ejercen el trabajo sexual, en habitaciones separadas. Por otro, el trabajo sexual virtual (por videochats), como parte de dinámicas de flexibilización del trabajo; modalidad de trabajo que cada vez tiene mayor influencia a nivel local, puesto que se han constituido 'casas' con las instalaciones adecuadas para efectuar el trabajo sexual por webcams con clientes de las más diversas latitudes, que pagan con tarjetas de crédito. Uno de los sitios web emblemáticos de esta modalidad es LiveJazmin que tiene una oferta especial de "transgender/transexual".
Cuerpos exóticos, cuerpos pintados... Cuerpos oscuros, cuerpos masculinizados
La racialización de la sexualidad y la sexualización de lo racial forman parte de la construcción identitaria en el universo de las feminidades Trans en este mercado sexual. Ello implica que mujeres Trans negras -pero también otras feminidades negras- sean vistas con una sobrevaloración de su "hipersexualidad". Asimismo, la racialización del sexo coadyuva a que determinadas Trans sean consideradas más potentes -"superdotadas"- que otras, por su color de piel. En ese sentido, la construcción de la "mujer con pene con colores de piel más oscuros" discurre más cercana al exotismo hipersexual. La racialización de la sexualidad hace ver lo más oscuro como más masculino, porque simbolizaria, en el imaginario de la clientela, a una mujer penetradora a quien se le demandaria comportarse como una "mujer con pene".
Las mujeres Trans blancas/mestizas tienen una connotación más femenina,27especialmente si interviene el elemento etario en esta economia politica del sexo. Las feminidades Trans más jóvenes, nombradas habitualmente como "pollitas",28son eróticamente construidas como más "pasivas" dentro de las performances de los cuerpos más claros.
Mireya, una mujer Trans mulata, insiste en que las Trans hagan inversiones corporales a través de la hormonización desde muy jóvenes, con el fin de eliminar el "fantasma de la masculinidad".29
Mireya: No, usted todavia está 'polla'. Usted todavia no está en edad adulta, no. Usted ahora es donde más 'marica' tiene que ponerse las pilas. No ve que así le decía yo a la 'polla' de allá en frente. Ella tiene como 18 o 19 también, "polla, hormonícese, marica, hormonícese que eso es lo que le queda a uno", ya después usted sigue regia, yo por ejemplo a veces paro unos dos o tres meses, paro, pero porque yo sí puedo, pero una 'marica' así no puede, 'machis' [hermana], por eso, pues yo no les digo nada porque "ya es quitarles a ellas, a ellas ya no les hace nada", y más por ejemplo Sandra que es activa. Karla también.
Ange: ¿Y el ser activa, eyacular todo el tiempo...?
Mireya: La verdad, 'machis', si. Yo le soy sincera, qué es lo que pasa, que cuando vos eyaculas, digamos si vos en la semana eyaculas unas tres, cuatro veces, qué pasa, tú cuerpo empieza a producir mucha testosterona, entonces eso poco a poco, tampoco va a ser de una, poco a poco va a hacer que vas cogiendo más rasgos masculinos, vas cogiendo más tendencia masculina, las maricas dicen, "Ay no, eso es mentira", eso es verdad mami, eso es verdad. Mi papá es re contra peludo nena, mi papá es peludísimo, yo vengo de una familia peluda, yo era bárbara, pero no era bárbara como Brenda ni como Sandra".
Las mujeres Trans negras son percibidas como masculinas debido a referencias racializadas de sus hexis corporales: "espaldas más anchas", "penes más grandes", "ojos y boca más marcados", "vellos y voz más ásperas". En determinados casos son nombradas como "micos" (especialmente si se trata de mujeres negras Trans de más de 35 anos de edad que han devenido en "madres")30. Mireya comenta en los siguientes términos los cuerpos y las prácticas sexuales de algunas de sus companeras,:
Mireya:
Por ejemplo en el caso mio yo debo estar estéril porque yo llevo muchos anos "hormonizándome" y entonces claro, ya mis piernas son de mujer. Yo para ser trozuda [voluptuosa] mis brazos no son de hombre, noson marcados. Entonces el cuerpo de ella [se refiere a una de sus companeras negras] ya está construído "masculinamente", porque mire que ninguna de ellas dos tienen nada, ellas se ponen sus "tramoyitos"
ahí en la tetas, y por ejemplo en el caso de Brenda, ya tiene el cuerpo marcado de hombre, lo mismo Sandra. Ella por mucho que quiera, y ellas por mucho que hagan mami, no hacen nada. Yo no les digo nada porque ahí mismo ellas van a decir "Ay tan convencida o es que ella se cree una mujer, o ella cree esto", pero no les hace nada. Ellas lo que están haciendo y más si se inyectan cada rato, ahí lo que hacen es botar el dinero, las hormonas no les hace nada a ellas.
Como viene planteándose, el elemento de masculinidad en las Trans negras es afirmado con énfasis cuando se las compara con mujeres Trans blancas/mestizas con rangos de edad inferiores que consumen hormonas:
Mireya:
De todos modos seguimos produciendo testosterona. En cambio, vos te empezás a "hormonizar" con juicio "machis" y la libido a uno se le baja. Si me pasa a mí y ya con la edad que tengo. A veces yo paso tiempo sin eyacular, más no me hace falta, me doy cuenta porque me da dolores de cabeza seguidos, pero es por eso, porque como no eyaculo, pero no, de todos modos, yo ni loca marica. Imagínese donde yo fuera 'activa', donde yo no me "hormonizara" estaría un hombre completo, estaría bien Brenda, peluda, barbada, de todo, espaldona, ¡nol, ¡nol, ¡no!
Relaciones afectivas y sexualización racial
Las relaciones afectivas de las mujeres Trans entrevistadas se combinan en muchos de los casos con las relaciones con clientes, denotando que trabajo y afecto van de la mano. Casandra, una mujer Trans negra dedicada a la peluquería y al trabajo sexual, está en una relación de pareja en Espana. y describe su papel activo en el acto sexual de una manera placentera. Este punto es relevante porque casi todas las mujeres Trans -negras, mestizas y blancas- que han viajado al exterior han manifestado que la mayor demanda de los clientes en su trabajo sexual en Europa es que los penetren32 o que ellos hagan la felación.33 De igual modo opera en este mercado local sexual. El placer representa aquí un papel importante en el ambiguo juego de roles sexuales, que no genera problemas de identidad.
Casandra:
Con Oliver descubrí cosas que no conocía (risas), llegué a conocer lo que es el sexo oral, yo no sabía lo que era eso, pues me lo habían hecho muchas veces, infinidades de veces, pero nunca lo había hecho yo, él a mí nunca me pidió que lo hiciera, yo fui la que tomó la iniciativa de decirle a él que quería (...). Al amigo sí le gustaba todo tipo de sexo, es más, yo puedo decir que él era más pasivo que activo (...).
El carino tiene un peso en estas feminidades de manera muy similar al experimentado por otras mujeres inscritas en la ideología del amor romántico. Catalina, una mujer Trans negra de 26 anos de edad, respondía de este modo:
José Ignacio (pregunta): Para vos, ¿cómo es un hombre ideal tanto física como interiormente?
Catalina: Pues físicamente no me gustan los gordos. Los detesto (sonríe). Me gustan flacos, flaquitos, o sea delgados. Gurre gurres [feos] no, delgados. Físicamente, pues no tengo un ideal, que sean caribonitos no, depende, si hay sex-appeal, no importa como sea. Que me guste, que tenga algo, como esa química que me guste (...). En la edad tampoco. Para el amor no tiene que haber edad, pienso que no. No me gustan los menores de 16 anos, no me gustan. Hasta los 20. De 20 pa' arriba. No, no, no, no. De 20 en adelante. O sea hasta los 20, están ricos, están buenos, listo. No se ya. Y hasta 45, depende, a mí me sale un viejo de 45 y me gusta, normal. Si le gusta a uno. Que le guste.
José Ignacio (pregunta): ¿Y cómo te gusta que sea internamente, emocionalmente? Catalina: Que sea carinoso, que sea descomplicado, que sea carinoso, que sea bien carinoso, porque a mí me gustan los hombres carinositos.
Micaela, de 18 anos, la mujer Trans negra más joven con la dialogamos, advierte que no gusta de hombres machistas y que tiene preferencia por los hombres blancos: le parecen más llamativos que los hombres de color, a diferencia de la Gata, una mujer Trans negra de sectores populares que se dedicó a actividades delictivas y que ahora es cantante de rap.
José Ignacio (pregunta): ¿Cómo te gustan los hombres, tienes un prototipo de hombre ideal?
Micaela: Lo normal.
José Ignacio (pregunta): ¿Cómo es normal?
Micaela: O sea, mi tipo de hombre es que no sea machista. O sea, que por cualquier cosa ya le va a venir a pegar a uno, no, que no sean tan agresivos, que sea así, regio [chévere, agradable], así, como es de regio con las mujeres, que también sea regio con una marica, o sea, haz de cuenta que están con una mujer en el sentido de hablar, en el sexo (...). Como estábamos hablando ahorita, que bruto así, no, suave, todos amorosos con uno.
José Ignacio (pregunta): ¿Y físicamente, cómo te gustan?
Micaela: O sea, me gustan los blanquitos más que los negritos, son más llamativos los blancos que los negritos, más provocativos, altos o bajitos, gordos no, acuerpaditos, que uno les vea el musculito, regio.
José Ignacio (pregunta): ¿Y que el pene sea cómo?
Micaela: Normal, porque uno va por la ricura, no por lo grande.
José Ignacio (pregunta): ¿Y si es muy grande, es muy incómodo?
Micaela: No, antes más rico.
José Ignacio (pregunta): Y si es muy pequeno, ¿qué pasa?
Micaela: Normal, uno también hace travesuras con eso. Dicen que los chiquiticos son los más ricos, uno le hace cualquier cosa al chiquito, cosas ricas pa' que el hombre se excite el día que tenga arrechera [deseo sexual elevado] y vuelva pa' donde uno.
Aunque para la mayoría de las entrevistadas la fuerza y la autoridad son rasgos más masculinos que femeninos, ellas definen límites para su ejercicio. Los hombres no son aceptados cuando rayan en la violencia y aflora un comportamiento machista y demasiado posesivo. El hecho de que sean carinosos y amorosos es importante para ellas; esa actitud reforzaría su identidad femenina, ya que asumen que el amor romántico forma parte de los "sentimientos femeninos de toda mujer". Sandra sugiere, tal como hemos encontrarlo en otros relatos, que muchas de ellas no sólo salen a la calle para buscar una relación sexual a modo de relación de intercambio mercantil, sino que existen exigencias frente a sus clientes o demás companeros de tener relaciones que no necesariamente estén mediadas por el trabajo.
Sandra:
"ay no, la travesti, no", porque la gente de estrato alto piensa que nosotras, o sea, somos las 'boletas', o somos las enfermas, o que les vamos a coquetear. Yo le he dicho a muchos hombres, es que los hombres se les olvida que nosotras podemos ser amigas, yo no tengo necesidad de que usted vaya y que yo me esté previniendo porque es que el hecho de ser Trans, ya te pone la "P" en la frente (...) No pueden creer que nosotras podemos tener o crear una amistad con un hombre sin necesidad de que tengamos nada, porque es que yo puedo ser amiga de alguien, o puedo ser amiga de la senora, pero si soy amiga de la senora, va detrás del marido.
Los relatos indican que en las relaciones sexuales -incluyendo las que tienen con la clientela-, el componente del placer no pierde importancia. Su trabajo sexual no está separado del placer.
José Ignacio (pregunta): iQué tan importante es para vos desarrollarte con tu pareja?
Catalina: ¡Ah!, ahora que me estoy hormonizando me han dicho que es muy malo estarse botando [eyacular] ¿no? Eso me han dicho las chicas. Que más bien hay que dejar que las hormonas cojan [hagan efecto]. Anteriormente no, pues normal, siempre que teniamos sexo, yo una vez, no voy a botarme dos o tres veces en la noche, no. Yo puedo tener sexo casi toda la noche, pero tampoco no me gusta llegar al climax, botarme. Yo me boto una sola vez y ya. Evito eyacular siempre. ¿Me entiende? O sea, me gusta botar una sola vez y de ahi ya puedo tener sexo toda la noche, y erección igual pero no, no. No me gusta.
José Ignacio (pregunta): ¿Para ti es importante desarrollarte cuando estas teniendo una relación?
Micaela: O sea, todas las veces no me desarrollo, unas veces me desarrollo pero otras veces no, normal, si uno siente arrechera, si.
Casandra no admite las relaciones sexuales con hombres negros, y aunque alguna vez llegó a tener uno como novio, asegura que lo que sentia por él no era tan fuerte como lo que puede sentir sexual y afectivamente con un hombre que no lo fuera. Ni siquiera el dinero, afirma Casandra, es un aliciente lo suficientemente fuerte como para sentirse atraida por un hombre negro. Tener una relación con un hombre negro es para ella como estar con su padre, lo que le parece repulsivo. Casandra recuerda que, en su adolescencia, la familia paterna le recalcaba la virilidad masculina de la gente negra.
Casandra:
No me gusta, para nada, puede ser joven, de cualquier edad, no me interesa, aunque me paguen, si he estado con un hombre negro, como se dice, buscando la experiencia, pero no, no es mi gusto (...). Tal vez la imagen de mi papá, igual, a mi no me gustan los jóvenes porque saben lo que quieren, entonces yo miro un senor negro, e irme a acostar con el sería como irme a acostar con mi papá y no, no lo haría (...). Hay un hombre allá (Espana) que me ofrece mucho dinero y él me dice que algún día tiene que estar conmigo, un africano, y yo le digo "amanecerá y veremos".
Policromia y generización en el mercado sexual Trans: apuntes finales
No todas las mujeres Trans negras son de por sí más exitosas que las blancamestizas; porque si afirman demasiado su feminidad, revelando que son pasivas, sus posibilidades de consecución de clientes disminuyen, haciendo que, como lo manifiestan en el lenguaje cotidiano ellas mismas, no "bajen bandera".34 Algunas de ellas que tuvieron que lidiar con clientes que las buscaban para ser penetrados, como en el caso de Mireya y Brenda, que suelen ser abordadas con preguntas sobre el tamano de sus genitales. Sin embargo, ambas aseguran que son pasivas y que cumplen un rol radicalmente femenino, en relaciones que asumen como heterosexuales. Asimismo, Brenda menciona que suele ser discriminada como mujer Trans afrocolombiana -en comentarios que le hicieron en la calle como "tras de negro, marica"- debido a que siempre se la ha asociado con elementos relacionados con la virilidad negra, como la rudeza, la función de "macho proveedor" y el trabajo duro.
Aunque efectúen inversiones corporales sobre sus cuerpos, como implantes, buenas cabelleras, maquillaje de noche, depilaciones, las mujeres Trans negras sobrellevan un coeficiente negativo debido a la marcación racial. Este coeficiente remitiría a la aparición en la fantasía sexual de la imagen cultural de la "hipermasculinidad del hombre negro". Generalmente, las más masculinas no sólo son la mujeres Trans negras corpulentas sino aquellas que tienen mayores edades -y que en varios casos son "madres de plaza"- lo que muestra que las fantasías que fluyen en el mercado de trabajo sexual Trans son posibles gracias a la existencia de una pigmentocracia del deseo y el placer, a partir de una generización del dilema mujer activa (mujer-hombre) y mujer pasiva (mujer-mujer)35, y de una cohorte etaria (las más jóvenes o adolescentes hasta las de mayor edad, por encima de los 40 anos). De ese modo, la paradoja de las feminidades Trans negras, entre la sexualización de la "raza" y la racialización de lo sexual se mueve en el mercado sexual entre el plus de la "mujer superdotada" y el coeficiente negativo "del fantasma del hombre viril negro"36.
Recibido: 05/09/2013
Aceptado para publicación: 24/03/2014
Anexo 1. Características de las Trans entrevistadas
Anexo 1 - Haga click para agrandar
Anexo 1 - Haga click para agrandarAnexo 2. Conversatorio - Grupo Focal en Santamaria Fundación, 2012
Santamaria Fundación es una organización de derechos humanos de mujeres Trans constituida en Cali en el ano 2005.
Objetivo del conversatorio: comentarios y sugerencias al desarrollo de la investigación "Los servicios estéticos de cuidado del cabello en la ciudad de Cali", dirigida por la profesora Jeanny Posso. En la discusión se tocaron principalmente los temas de identidad Trans y mercado de trabajo, con énfasis en el ejercicio del trabajo sexual y la peluqueria.
Participantes: Jeanny Posso, Melania Satizábal, Ange La Furcia y Miyer Cabanzo, como parte del equipo investigador. El contacto se realiza por via de Ange La Furcia, quien en ese momento formaba parte del equipo de trabajo de Santamaria Fundación. Participaron varias integrantes de la ONG, entre las mencionadas Brenda, Débora y Sandra.
Otros informantes:
Daniel Felipe Echeverry Cano, 16 anos, hombre mestizo, estudiante de último ano de bachillerato, municipio de Santuario (Risaralda), clase alta en este municipio (padre, tio y abuelos paternos blancos, propietarios de varias fincas cafeteras, madre mestiza de piel oscura).
Marlon Lasso Ortega, 21 anos, hombre negro, estudiante de Sociologia de la Universidad del Valle, originario de Puerto Tejada (Cauca), familia de proletariado canero e industrial del norte del Cauca.
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Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
30 Abr 2014 -
Fecha del número
Abr 2014
Histórico
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Recibido
05 Set 2013 -
Acepto
24 Mar 2014